Certificación Reiki I y II

La práctica del Reiki se basa en el concepto que, a través de nuestras  manos se transmite Reiki (energía vital) a un receptor que puede ser uno mismo u otra persona (presente o no en el espacio-tiempo), con el fin de eliminar o aliviar  molestias o  enfermedades. No obstante, ya  que Reiki es una energía universal los tratamientos también pueden dirigirse a otros seres vivos como animales, plantas o situaciones.

Es una energía , sin efectos secundarios; es  una  práctica, segura, eficiente y compatible con cualquier otro tipo de terapia.

El método Reiki se basa en la creencia  de que el flujo balanceado de la Energía Vital a través de los distintos chakras asegura un buen estado de salud en el organismo. Según esta creencia, el mal funcionamiento o bloqueo de la energía en uno o varios chakras sería lo que provoca o empeora el mal estado de salud, dando lugar a enfermedades y desbalances. El método consiste en dirigir la energía Reiki a los chakras de un enfermo (receptor), desbloqueando y potenciando el proceso de recuperación del receptor.

El Reiki no puede reemplazar al tratamiento médico, aunque sí se puede utilizar de forma complementaria.

El Reiki llega mucho más allá del cuerpo físico. Puede resultar eficaz, en manos expertas, para una  multitud de molestias e incomodidades tanto físicos como psicológicos, como la ansiedad, el estrés, el insomnio, condiciones físicas y emocionales, dolores de cabeza, los problemas digestivos y también ayuda en aumentar sentimientos de bienestar,

Es una energía preventiva y curativa. Puede ayudar en las terapias de desintoxicación, reduce los efectos secundarios de todo tipo de tratamientos . Acelera recuperación de operaciones o enfermedades y mejora el estado general de personas sanas o enfermas, ya que equilibra las energías, libera las emociones estancadas, desarrolla la conciencia, aumenta la creatividad y eleva la energía vital.